Ayer por la tarde tuve la oportunidad de asistir a un seminario organizado por AEDIPE en Valencia que se centraba en un tema muy interesante, a la par que polémico: Horarios Racionales, Conciliación y Productividad.
Como todas las jornadas y seminarios a los que he sido invitada por AEDIPE, la sesión de ayer estuvo bien planificada, logísticamente coordinada e impecablemente ejecutada por sus ponentes.
A las 18,00 horas tuvo comienzo el seminario. Tenia mucho interés por conocer la opinión de los dos ponentes al respecto de la racionalización de horarios, y la verdad fue que esta jornada no me dejó indiferente, más bien al contrario, obtuve mucha información que me ha ayudado a establecer mis propias conclusiones al respecto.
Por un lado, el primer ponente, Ignacio Buqueras, Presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (www.horariosenespana.es), nos dio una visión teórica de la racionalización de horarios, explicando al detalle los objetivos de la Comisión que preside, así como los avances que se han realizado a lo largo de los más de 10 años de existencia de dicha asociación. Llamó poderosamente mi interés los pactos nacionales que tiene previstos realizar con el fin de dar un paso adelante en la racionalización de horarios:
– Un pacto nacional entre partidos políticos, para tratar de conseguir que se unan en esta “empresa”
– Un pacto nacional entre las organizaciones empresariales y sindicales: si los partidos políticos pactan una racionalización de horarios, es vital que las organizaciones empresariales y sindicales apoyen y ejecuten este pacto.
– Un pacto nacional entre televisiones públicas y privadas para que los horarios de programación televisiva no se alarguen hasta horas intempestivas: si el programa de máxima audiencia acaba a las 2 de la madrugada, como vamos a estar al día siguiente en nuestra jornada de trabajo?
– Un pacto nacional entre las Administraciones Públicas. Básicamente se trataría que planes como el “Concilia” lanzado hace unos años por el gobierno socialista, y que establecía una política de “luces apagadas” a partir de las 18,00 horas, se hubiera cumplido. Por tanto, muy importante que las administraciones den ejemplo en esto.
– Un pacto nacional de la sociedad civil, porque de nada sirve pactar desde las otras capas si luego nosotros hacemos una política de ojos vendados.
Toda una hazaña si estos cinco pactos se consiguen, ya que como comentó ayer Buqueras, siempre hay un grupo de detractores, que principalmente se encuentran en la capas directivas, que no les interesa que estos pactos vayan adelante.
Buqueras calificó ayer a España como país tercermundista en temas de gestión de horarios: somos de los países europeos que realizamos las jornadas de trabajo más largas, y sin embargo, estamos en la cola de los menos productivos. ¿Y cómo ocurre esto? se preguntará más de uno. Pues esto es debido a la mala gestión que hacemos de nuestro tiempo en el trabajo, a la cultura del “presentismo” y al planteamiento del lugar de trabajo como centro de sociabilización.
– Mala gestión de nuestro tiempo: Buqueras mencionó ayer lo importante de no confundir las necesidades en tiempos de crisis: no se trata de trabajar más horas por el mismo salario, se trata de trabajar mejor. Para ello es vital hacer una buena gestión de nuestras horas de trabajo, huyendo de los ladrones del tiempo, principalmente del síndrome de la “reunionitis” (ver PFT01 – Optimiza tu tiempo).
– Cultura del “presentismo”: también calificada como tercermundista por el ponente, se trata de la cultura de “hasta que no se vaya el jefe no me marcho”. No importa si estoy trabajando y ya hace horas que finalicé mis tareas, se trata de que el jefe vea que salgo a la vez que él, o más tarde, si cabe. Buqueras insta a la audiencia a que demos un paso adelante en este punto, y cambiemos esta cultura arcaica del “presentismo” por una cultura orientada a la optimización de la productividad.
– El lugar de trabajo como centro de sociabilización: el hecho de estar tantas horas en el trabajo hace que creemos relaciones sociales con nuestros compañeros, y esto repercute negativamente en un descenso de la productividad ya que se producen los interminables descansos para tomar café, o las tertulias de después de comer. Este punto no está exento de polémica para algunos, o podría decir quizás para muchos. Y es que, desde mi punto de vista, el hecho de sociabilizar en el trabajo también puede llevar a un incremento de la motivación en el trabajo, y consecuentemente, a un aumento de la productividad.
Finalizada la exposición teórica de la racionalización de horarios, llegó la hora de pasar a la práctica y ver un caso real, el de la empresa Martínez Loriente, a través de su Directora de Personas, Consuelo Vázquez. Esta empresa cuenta con un consejo de administración muy implicado con el tema de la conciliación familiar y laboral, por ello, desde el Departamento de Personas han desarrollado una serie de políticas con el fin de adaptar las necesidades de los empleados y las suyas propias sin crear conflictos entre ellas .
Así, en Martínez Loriente se han hecho adaptaciones de horarios flexibilizando la hora de entrada y salida. También se han establecido horarios de turnos fijos para aquellos empleados que lo necesitaran por necesidades familiares. Además, se ha dispuesto de una bolsa de horas que los empleados pueden utilizar para atender temas personales o familiares que les requieran. Con estas políticas Martínez Loriente ha conseguido bajar el nivel de absentismo y el de rotación, incrementando los niveles de producción.
He de decir que sorprende ver hoy en día empresas que ponga al mismo nivel a los empleados y al cliente, y Martínez Loriente, es un ejemplo de ello, ejemplo de que no es una utopía, y que políticas de este tipo se pueden realizar si la capa directiva está totalmente implicada en ello.
Lamentablemente, este tipo de políticas no se pueden aplicar a todas las empresas por igual, pero, al menos, sí que debería haber una predisposición por parte de las organizaciones empresariales por conocer las necesidades de sus empleados.
Mientras esperamos que las empresas actúen, deberemos mover ficha nosotros como sociedad civil en pro de “una conciliación laboral para obtener, en primer lugar, una conciliación personal, y así poder llegar a la conciliación familiar”.
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